top of page

Vacaciones y descanso: una oportunidad para escucharnos.

  • Foto del escritor: Marta Carbonell
    Marta Carbonell
  • 22 jul
  • 2 Min. de lectura
ree

Llegan las vacaciones. Y con ellas, la ilusión de descansar.


Pero… ¿te has dado cuenta de que a menudo llegamos agotados, como si lleváramos meses arrastrando el cansancio? Como si, en realidad, las vacaciones fueran una especie de salvavidas emocional.

Y eso me hace pensar… quizás no nos estamos permitiendo descansar lo suficiente durante el año. Quizás hemos aprendido que solo podemos parar cuando “nos lo hemos ganado”. Que hay que hacer mucho, producir mucho, sacrificarse mucho… y entonces, si acaso, descansar.


¿De dónde viene todo esto?


Podemos mirar hacia atrás, a nuestra infancia. ¿Cómo se vivían las vacaciones en casa? ¿Se valoraba el descanso? ¿O quizás se asociaba con pereza, con perder el tiempo? Puede que nuestros padres también aprendieran a funcionar desde el “primero el deber, luego el placer”, y no supieran hacerlo de otra manera.


Y no se trata de culpar a nadie. Cada generación arrastra sus creencias, sus miedos, sus maneras de sobrevivir. Pero hoy, nosotros podemos elegir. Podemos hacer un cambio.


Podemos empezar por observar cómo vivimos nuestro día a día. ¿Nos dejamos espacios para respirar? ¿Para no hacer nada? ¿Para disfrutar sin motivo? ¿Para reír? ¿Para estar con nosotros mismos sin exigencias?


El descanso no debería ser una recompensa, sino una necesidad básica. Una forma de querernos. De cuidarnos.


Y no se trata de hacer menos, sino de hacerlo desde otro lugar. Desde un equilibrio que nos nutra. Quizás para ti el equilibrio sea hacer muchas cosas, y para otra persona hacer pocas. No hay una fórmula universal. Pero sí hay una pregunta esencial: ¿estoy viviendo al ritmo que me sienta bien?


Las vacaciones pueden ser una oportunidad preciosa para escucharnos. No solo para “parar”, sino para revisar cómo queremos caminar cuando volvamos a arrancar. No se trata de añadir otra obligación a la lista. Se trata de aprender a vivir con más consciencia, con más ternura hacia nosotros mismos.


Así que este verano, más allá de descansar, te invito a hacerte un propósito:

tratarte con respeto, con amor, y buscar formas de vivir que no te lleven siempre al límite.


Porque cuando estamos bien con nosotros mismos, también lo está todo lo que nos rodea.


Felices vacaciones… de las que reparan de verdad.


Marta Carbonell Vila

Terapia transpersonal

Comentarios


bottom of page